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Si estás pesando en vivir en Barcelona, hay algunas cosas que seguramente no conozcas, que te podrían ser útiles para organizar tus días en la región lo mejor posible y quizás descubrir que las costumbres de los Catalanes ¡están hechas también para ti!
Lo primero que hay que saber si se decide ir a vivir en Barcelona, es que en la ciudad los supermercados cierran los domingos: por lo tanto, hay que hacer la compra anticipadamente, especialmente si se quiere organizar una comida con los amigos o familiares durante el fin de semana. En cualquier caso, para todas las emergencias, siempre se puede contar con tiendas gestionadas por pakistaníes (llamadas habitualmente"pakis"): aquí se puede encontrar de todo, desde comida hasta productos de limpieza personal y de la casa, con precios poco superiores a los de un supermercado. Además, algunos "pakis" permanecen abiertos 24 horas, aunque el alcohol no se vende después de la medianoche. Además de estos supermercados, los dependientes de los supermercados españoles (en Barcelona los más famosos son el Dia%, el Mercadona, el Caprabo, el Consum - además del alemán Lidl) a menudo se dirigen a los clientes en catalán, incluso cuando se les habla en castellano. Esto sucede sobre todo, en los barrios más alejados del centro, donde las tradiciones son fuertes y los turistas menos habituales. Para más información, lee el artículo dedicado a las diferencias y curiosidades de la lengua española.
Si buscas casa en Barcelona es importante saber que no todas las viviendas disponen de calefacción, en muchos casos se utilizan pequeñas "estufas móviles" que se alimentan con bombonas de gas. Dichas bombonas se venden directamente en la calle, se transportan en pequeños furgones que por la mañana (especialmente el sábado), se mueven por las calles de Barcelona, conducidos por vendedores que para llamar la atención, dan vueltas hasta que alguien se acerque a la ventana para avisar que baja para comprar una... ¡una costumbre al margen del tiempo!
Otra característica de las casas de Barcelona, especialmente de los pisos, es que en los timbres, no se muestra el apellido de la familia que vive en cada piso, si no que se marcan con un número que identifica a la puerta. El recibidor no existe, en su lugar está el llamado "Entresuelo", es decir, un piso situado a medio camino entre la entrada y el primer piso, el piso "Principal", seguido por el "Segundo", "Tercero" y así en adelante. ¿Cómo explicar esta extraña costumbre? Probablemente se debe a que la gente viene y va en Barcelona, pasando un período de su vida en la ciudad, tanto por motivos de trabajo de estudio, son tantos los cambios de inquilino, que sería complicado cambiar los nombres de los timbres.
Otra curiosidad unida a la disposición del alojamiento en Barcelona tiene que ver con los números de las casas. Las calles de la ciudad pueden ser realmente largas y por este motivo no se dará nunca una indicación, se comunicará sólo el nombre de la calle y el número, además del nombre de la calle más cercana que se cruce con ésta, para dar una indicación más concreta de a qué altura de la calle habrá que llegar.
Las costumbres de los catalanes con respecto a las comidas, son como las de el resto de España: el horario de la comida, en general, es una hora más tarde que en el resto de Europa. Cuanto más al sur se vaya, más se "alargan", hasta llegar a la región de Andalucía, en la que las familias cenan alrededor de las 23. Una familia catalana que viva en Barcelona, cena normalmente entre las 21 y las 22:30, más tarde en el fin de semana. El desayuno y la comida, durante la semana, refleja unos horarios algo más europeos (por ejemplo, el café se suele tomar sobre las 8, y se come alrededor de las 13) aunque se suele merendar las 17 de la tarde, para interrumpir el ayuno hasta la noche, cuando por fin se cene.
En lo que respecta a los restaurantes del centro y en las zonas turísticas, permanecen abiertos a cualquier hora, mientras que en todas los demás resultará difícil entrar para cenar antes de las 20 de la noche...¡Estarán cerrados! Además, una maravillosa costumbre del domingo, importada de América, es la de hacer un "brunch", es decir, un desayuno abundante cercano a la hora de comer, entre las 11 y mediodía. Para acabar, una última curiosidad sobre la vida laboral en Barcelona: una práctica muy común, especialmente en las grandes empresas, es la de adoptar la fórmula del "viernes corto", es decir, se trabaja desde las 9 hasta las 15 haciendo un horario continuado sin descanso para comer, con la posibilidad de disfrutar del merecido fin de semana!
Si quieres seguir los consejos de un experto y disfrutar de las costumbres culinarias de los catalanes, lee el artículo sobre los mejores lugares donde desayunar en Barcelona y también los mejores restaurantes y locales que preparan deliciosos bocadillos y tapas en la ciudad.
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